Tal vez, a los que no estamos dentro del mundo de la escultura, ese nombre no nos diga nada, pero, gracias a Google, podemos saber que nació en 1928 y falleció en el 2014, y que sus obras están en un museo de Dusseldorf, Alemania, que forman parte de la colección del Vaticano y de la Fundación Rockefeller, y que además, muchas localidades de España cuentan con obras suyas expuestas en plazas y calles, ya que su principal actividad era la escultura pública. (1)
Volvamos a nuestra historia, corría el 26 de septiembre de 1996, cuando estando en su finca de Ojen, vio una extraña luz cerca de donde se encontraba, decidió ir con sus perros a ver que era lo que ocurría, y se encontró con un ser de unos 90 cm de alto, con brazos largos, pies grandes y ojos muy azules.
Este ser le habló de que teníamos que cuidad nuestro planeta, ya que gracias a él vivimos, y que él, (el alien) estaba aquí para ayudarnos.
De aquel encuentro, Marino realizó una estatua, que denominó “El ángel que vino del cielo”, donándola al ayuntamiento de Ojen que la expuso públicamente en una de sus calles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario