De sus tradiciones conserva la de la fiesta de la pasa, que celebra el final de la recogida de uno de los frutos en que se basa la economía de la villa. La Virgen de las Angustias, patrona del pueblo, es llevada desde la iglesia donde había permanecido unos meses, tiempo que estuvo depositada a la espera de su nuevo traslado a la ermita. El traslado se realiza en procesión con el júbilo del pueblo que la acompaña. Esta tradición, en sus inicios, cuando en la vendimia y plantá de las pasas participaba la gran mayoría de los habitantes del pueblo, la labor de la recogida de la uva era interrumpida para que sus gentes se integraran y tomaran parte en la fiesta. Está claro que hoy ha quedado la celebración por su propio valor testimonial, y en conmemoración de tiempos pasados mantiene la tradición de ofrecer a los visitantes una copa del primer mosto, pasas y vino de la tierra.
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