Por todos los huelmenses es conocido como el cortijo que se encuentra cerca de la carretera A-324, muy próximo al empalme que vá para Úbeda.
El lugar donde se edificó se conoce como la vega de las piedras, y está ubicado justo entre dos grandes rocas.
Cuenta la tradición que debajo de estas piedras se encuentra un fastuoso tesoro, que fué escondido por los moros en tiempos de la frontera. También se sabe que está protegido por un poderoso encantamiento: Un enorme y fiero león lo vigila continuamente a pocos metros de distancia y, a consecuencia del maleficio del que fué objeto se convirtió en la otra gran roca ya mencionada, que vuelve a su forma original cuando se vé amenazado el tesoro que custodia.
Cuando se estaba construyendo la carretera Úbeda-Iznalloz, se difundió una trágica noticia. Unos trabajadores desaparecieron misteriosamente. Pronto procedieron a su busqueda pero no encontraron ninguna pista que diera con su paradero. Lo único extraño que observaron fué un profundo agujero que antes no existía al pié de una de las rocas.
Una de las hipótesis que se barajó es que dieron con el tesoro furtuitamente y, a consecuencia de este hecho, fueron devorados por el león, que se ocupó de volver a ocultar el tesoro
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