La «Leyenda de la Encantá» data de hace varios cientos años, seguramente desde el momento en que el Monte Poyo Segura de Potones empezó a ser habitado, y es muy conocida en toda el área de influencia de Bujaraiza, El Aguadero y La Cabañuela. Trata de las apariciones de seres sobrenaturales en momentos puntuales, que fueron vividas por muchos serranos de estas cortijadas dignos de toda credibilidad.
Entre las muchas formas que adopta, la más vista fue la de una señora muy hermosa peinándose sus lagos cabellos con un peine de oro. Algunas veces acunaba a un niño en su regazo. Todos los comentarios coinciden en que estas apariciones tenían por objetivo velar por la moral y buenas costumbres de los habitantes des la aldeas, pero sobre todo por que no se abusara de los bienes que gratuitamente ofrece la madre naturaleza.
No permitía que se cogiesen en exceso plantas comestibles como el «gordo-lobo», el laurel o las collejas. Regañaba a los pastores si el ganado hacía un daño descontrolado. A los viajeros que se paraban en las fuentes a saciar su sed les pedía que no ensuciaran el agua. Sin duda podría pensarse que era la propia madre naturaleza disfrazada de bella dama la que procuraba que siempre hubiera un equilibrio perfecto entre la misma y los seres acogidos en su seno.
Son numerosos los lugares de las apariciones, pero sin duda donde más veces se dieron fue en un paraje conocido como el Royo de la Merera, que se encuentra a mitad del camino que saliendo del «vivero de la huerta vieja» conduce ala aldea de La Cabañuerla, justo en el punto en que una pequeña fuente se atraviesa en la senda. La cantidad de veces que estos hechos se produjeron y la seriedad de las personas que los vivieron indica que son ciertos y que cualquier día y a cualquier hora puede aparecerse «La Encantá».
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