Cuenta la leyenda que una
muchacha que trabaja como aguadora y estaba cansada de bajar a por agua a la
fuente aceptó un trueque con el diablo.
Un día el diablo le
ofreció construir un gran puente para llevar el agua hasta su casa a cambio de
su alma. La muchacha aceptó, pero con la condición que debería estar
terminado en una noche. El diablo se puso manos a la obra pero cuando
aparecieron los primeros rayos de sol le faltaba una piedra por colocar,
con lo que perdió el alma de la muchacha. Cuenta la leyenda que los agujeros que se ven en las piedras del
Acueducto son las huellas de los dedos del demonio.
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