Cuenta este relato
que una tarde de primavera de 1780 varias niñas salieron al campo a buscar
flores. De pronto, el clima cambió y se formó una fuerte tormenta que obligó a
las niñas a volver corriendo a sus casas. Sin embargo, no todas volvieron,
faltaba una de ellas. La búsqueda resultó infructuosa y sus padres se
encomendaron a la Virgen del Viso para que la protegiera durante la noche.
Al día siguiente, un vecino creyó ver a una joven en lo alto del cerro, pero al llegar al lugar no encontró nada. De vuelta a casa se topó con una niña que estaba cogiendo flores en el campo. Era la pequeña que el día anterior había desaparecido, por lo que se le atribuye a la Virgen el milagro de mantener con vida a la pequeña durante la tormenta y la noche posterior.
Al día siguiente, un vecino creyó ver a una joven en lo alto del cerro, pero al llegar al lugar no encontró nada. De vuelta a casa se topó con una niña que estaba cogiendo flores en el campo. Era la pequeña que el día anterior había desaparecido, por lo que se le atribuye a la Virgen el milagro de mantener con vida a la pequeña durante la tormenta y la noche posterior.
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