Playa
de agua dulce en un paraje singular y muy bello. Una cascada de aguas claras
sobre una poza de pizarra, con laterales de 50 metros y un rabo que es arroyo.
Pequeña, de 15 x 6 metros, con una profundidad máxima de cuatro metros y
playita privada. Ideal para el baño, a
20 minutos del pueblo.
El
camino sale de Valdesotos por la plazuela, entre dos viejas casas de pizarra.
Después del puente tomamos a la izquierda; a doscientos metros un cruce desde
donde se ven huertos, colmenas y un puente de madera. El camino de la derecha
va paralelo al arroyo a media ladera, entre tapias, huertos y árboles.
En
el primer recodo del arroyo la vereda se bifurca: la derecha sigue el arroyo
por arriba, cogeremos la otra que baja al cauce y en algunos tramos se confunde
con él. A veces se borra, se divide,
sale del cauce para volver a los pocos metros, … hasta que llega a un tronco
sobre el arroyo que invita a cruzarlo. Se vuelve incómoda por momentos hasta
llegar al Chorro que fluye siempre.
Al
anochecer es posible un baño a solas. Entonces el lugar se vuelve mágico: el
agua adquiere toda la negrura de la pizarra y la cascada suena a lamento. Dicen
que “el Chorro llora por los amores fallidos de una cristiana y un morisco en
tiempos de Felipe II”.
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