José Ayllón González, quien fue conocido por Josico, nació en
el año 1821 en Bolaños de Calatrava. Fue humilde y trabajador en su juventud,
nada hacía presagiar que se convertiría en un bandolero, pero los tiempos que
corrían y sus circunstancias lo llevaron a ello. En 1837, cuando una partida
carlista encabezada por “Palillos”, asesinó a veintidós liberales del pueblo.
Fueron los crueles fusilamientos del 3 de febrero de los que Josico huyó para
no ser ejecutado. Se refugió por los montes junto a otros hombres con los que
formo una cuadrilla y con los que convivió en una casa que construyeron alejada
de Bolaños, más allá del paraje que hoy ocupan los terrenos de la Virgen del
Monte.
Josico junto a José Calixto Fernández fue de los cabecillas
del grupo de bandoleros y actuaban siempre contra los carlistas en
beneficio de los lugareños y compatriotas de Bolaños de Calatrava. Su leyenda
se iba engrandeciendo cada vez más debido a las buenas obras que hacía con las
gentes y que éstas y él mismo narraban cuando bajaba al pueblo de incógnito y
se dirigía al Casino Artístico para ver a sus amigos. Hay dos episodios de sus
aventuras como bandolero que le hicieron ganarse buena fama y ser muy
apreciado: el salvar a una familia residente en un cortijo de la muerte a manos
de los carlistas y la gran ayuda que prestó a un hombre víctima del robo de sus
pocas pertenencias que le alimentaban.
Cuenta la leyenda que cuando escaparon del pueblo para no ser
asesinados, Josico y José Calixto llegaron a un cortijo donde residía un
matrimonio con dos hijos pequeños. Avisaron a sus dueños y habitantes de la
inminente llegada de los carlistas y lo que ello supondría: saquearían sus
pertenencias y los matarían a todos. El matrimonio no atendió las advertencias
de los bandoleros y éstos viendo la que se avecinaba decidieron esconderse en
el pajar para poder ayudarlos. Al instante llegaron los carlistas al cortijo y
saquearon el mismo robando todos los objetos de valor y destruyendo lo demás.
Tras ello encañonaron al matrimonio y a los dos hijos frente a un muro
dispuestos a fusilarlos, momento en el cual Josico y José Calixto salieron del
pajar y abrieron fuego a bocajarro con sus trabucos matando a los carlistas y
salvando así a la familia.
La
otra gran acción tan conocida de Josico, el bandolero, fue muy extendida por la
bondad y generosidad que mostró nuestro héroe. Tuvo lugar por un fortuito
encuentro. Se cruzó con un pobre hombre que había sido despojado de sus escasas
pertenencias con las cuales podía ganarse el alimento. Este humilde campesino
tenía dos viejos burros con los que transitaba los campos cargando vasijas de
barro que él mismo hacía para irlas vendiendo por los lugares por los que
pasase y ganar así algo de dinero para comer. Un poco antes del encuentro que
le cambiaría su vida algunas malas gentes les hubieron matado a sus dos burros
y le destrozaron todas las vasijas de barro que llevaba por lo que el hombre se
encontraba desesperado cuando así lo encontró Josico. El bandolero de noble
alma al ver la situación en la que se encontraba este hombre le entregó en el
acto una repleta bolsa de monedas para que se comprara dos nuevos y robustos
machos y tuviera para comer algunos días.
Ya en tiempos de
Isabel II, Josico con la ayuda de su gran amigo José Calixto logró impedir el
secuestro de un allegado del Rey. Ello les otorgó el perdón de las fechorías
que hubieron hecho como bandoleros para poder vivir y fueron indultados,
permitiéndoles volver al pueblo y convivir y residir con sus familias. De hecho,
el protagonista de esta leyenda pasó de ser un bandolero a ser colaborador con
la Casa Real, ostentando durante varios años el cargo de Guarda Mayor del Valle
de Alcudia.
El día 19 de
Marzo de 1913 moría Josico, el bandolero, a la edad de 92 años tras sufrir una
nefasta caída de su caballo. Precisamente el día de San José, Festividad del
Padre, dejaba viuda a su mujer, Dolores Díaz Paredes, y huérfanos a sus siete
hijos. Pero igualmente dejaba sobre su familia el mayor legado que pudiera
dejar: la reconocida y noble leyenda de un buen hombre al que la vida convirtió
en bandolero, hombre de buen corazón al que todo el mundo quería y del que se
dice que la Virgen del Monte premió su bondad permitiéndole vivir tantos
años... La honra de la familia se hubo ganado por el gran hacer de Josico,
tanto en su juventud, como en sus años de bandolero refugiado en los montes,
como en sus últimos años al servicio de la Casa Real. Así termina esta curiosa
leyenda de un personaje que existió cercano a nuestras tierras y al que por sus
acciones algunos contemporáneos llamaron "el Robin Hood de la
Mancha".
Hola, Victoria, soy nieto de David Ayllón, de Bolaños, ya fallecido, siempre anduvieron comentarios por la familia de que un pariente de nuestro abuelo fue un tal Josico el bandolero. Hace poco mi hermana vio un artïculo parecido al tuyo y nos lo reenvió. ¿Sabes algo de quienes fueron los hijos de Josico? Gracias. Un saludo.
ResponderEliminarQuisiera saber dónde podría comprar libro biografía del bandolero José Ayllón González.
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