Hombre solitario que quería construir una presa por encima de las Huertas de Algarrobar con la gran fortuna que poseía. Como antes no había bancos en el pueblo, guardaba todas sus riquezas en su casa.
Se cuenta que algunas personas del pueblo, incluidas el cura y el Teniente de la Guardia Civil de aquel entonces, visitaron a este hombre las noches anteriores a su muerte para vigilarle y fueron las responsables de su muerte.
Se dice que este hombre fue a dar de comer a su mula a su cuadra, situada junto a su casa en la Plaza del Ayuntamiento antiguo y allí mismo lo apalearon y lo colgaron para simular que él mismo se había suicidado. A la mañana siguiente de su muerte, se encontró la autoridad con una escalera colocada justo debajo del balcón de su casa, para hacer creer que si había un asesino, éste había entrado por allí. Mas tarde se supo que hubo una persona dedicada a la venta ambulante que vio a estas personas y le dijeron:
- Tú... ¿Qué?, a lo que contesto:
- Yo he visto y no visto
- Yo he visto y no visto
Otra persona, que al parecer, chantajeaba al grupo de asesinos, fue invitada por éstos a una cacería y allí mismo simulando que accidentalmente se le había disparado la escopeta, acabaron con su vida.
También se cuenta que este grupo de personas cogieron a los más desgraciados y pobres del pueblo, los torturaron para culparles del asesinato.
Una de las personas implicadas en su asesinato en su agonía decía:
- ¡Quitadme a Aucema de encima¡
descubriendo de este modo la identidad de los asesinos
descubriendo de este modo la identidad de los asesinos
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