viernes, 21 de septiembre de 2018

El convento abandonado (Carmona, Sevilla)


A pocos kilómetros de Carmona y en una elevación del terreno se alza un edificio que conforme se ha ido deteriorando ha sumado un halo de misterio a sus estancias. Se habla de espíritus y presencias malignas, de psicofonías y fotos extrañas. De una terrible leyenda. Es un convento al que apellidado de «maldito» y que se ha convertido en centro de peregrinación de los amantes del misterio y los sucesos paranormales.
El edificio, aun despojado de su leyenda, impresiona. Una enorme construcción inacabada en forma de ele, largos pasillos abovedados y dos brazos a los que se asoman ventanales. Por el suelo cascotes y restos de los destrozos causados por gamberros. La historia real desmonta parte de la leyenda que le atribuye antigüedad de siglos.
En realidad se levantó en los años 40 del siglo pasado. Fue creado como un convento de frailes carmelitas de San José en una zona conocida como huerta de los frailes. Fue convento y colegio, pero apenas estuvo en uso dos décadas. Hay gente mayor de Carmonaque recuerda que allí se hacía una procesión de la Virgen del Carmen y hay niños que vivían en las huertas cercanas que hicieron allí la comunión.
Parece que el motivo del abandono del edificio es que uno de los frailes que fue enviado a dirigir el convento no quería ese destino y cuando ascendió en la orden hizo todo lo posible para que la congregación lo cerrara.
El hecho es que a los pocos años de estar allí, todos sus habitantes se fueron y la gente del entorno vio como lo dejaron allí todo intacto: muebles, alimentos en buen estado en la bodega o ropas. Lo extraño de esta circunstancia y lo alejado del lugar dio pábulo a la leyenda.
A ello se une una confusión histórica. En Carmona hubo otro convento de la misma advocación fundado en el siglo XVII y desaparecido. A él le corresponde una leyenda que algunos citan narrada en un documento de la época, aunque nadie aporta el original de dicho documento y que aún siendo real su plasmación sobre el papel parece la invención de algún escribano de mente incendiada porfantasías sobre el maligno.
Esa historia narra que un fraile se levantó una noche de su cama y se dirigió a la sala en la que se guardaba la comida. En ella había unos grandes ganchos de los que colgaba la carne. Todos sus compañeros frailes estaban muertos y colgados de esos ganchos. Al fondo de la sala, el mismísimo diablo se proclamaba autor de aquello y le ordenaba al único superviviente que lo contara.
Esa es la historia que se ha endosado al actual edificio y que repiten los numerosos amantes del misterio que lo visitan, que piensan que están en un convento del siglo XVII. Eso sí, resulta que en el sótano del inmueble también hay unos grandes ganchos, que se ajustan perfectamente a la leyenda.
En el antiguo convento carmelita se han grabado inquietantes psicofonías

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