Cuenta
la historia o la leyenda, que todos los palacios ecijanos tienen
una sola torre, salvo el de Benamejí, que cuenta con dos. También dicen, que
hace siglos todo noble que poseyera un palacio tenía derecho a construir en él
una sola torre, pero cuando el palacio de Benamejí estaba edificando el rey
Carlos III estaba en la ciudad. Y dado que un ala ya estaba terminada el
propietario invito al monarca alojarse en su palacio durante la visita, por
esto durante su estancia en Benamejí, el rey se sintió tan agradecido que le
concedió al noble el privilegio que deseaba, una torre para su palacio. Años
más tarde volvió Carlos III a Écija, y se quedó sorprendido al descubrir que el
palacio de Benamejí tenía dos torres, indignado dicen pidió explicaciones
al de Benamejí, quien le explicó que una había sido un privilegio concedido por
el mismo, y la otra torre correspondía por ser derecho de todo noble,
reconociendo el rey que tenía razón.
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