Dicen que en la Murcia del siglo XVII emergió de las aguas una pesada imagen de la Virgen de los Remedios, y que muchos fueron quienes trataron de sacarla del río sin poder, hasta que los padres mercedarios lo lograron cuando recibieron el anuncio de que debían ser ellos.
Pero esta, aunque interesante, no es la leyenda que nos ocupa. Según reza la leyenda, un joven donjuán iba tras una bella y lozana dama para beneficiarse de sus carnes. Ésta, que veía ya poco efectivos sus intentos por no dejarse caer en las redes del caballero, le hizo prometer ante la mencionada virgen que se casaría con ella si se dejaba besar, a lo que el joven accedió de buen grado.
El tiempo pasó y el joven, lejos de cumplir su promesa, se jactaba por las tabernas de haber retozado con aquella moza sin haber empeñado palabra alguna. Por esta razón, la murciana llevó al joven ante la Virgen de los Remedios y preguntó si era cierta o no la promesa empeñada tiempo atrás. Dicen que la Virgen inclinó la cabeza para confirmar la promesa y desde entonces se la conoce como la Virgen del Cuello Tuerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario