Con semejante bagaje histórico, no es raro que tanto en las inmediaciones del castillo como en su interior millares de seres humanos (hombres, mujeres, niños y ancianos) perdiesen la vida de forma trágica, dolorosa, sangrienta y anónima. Lo que hoy es un remanso de paz, un lugar privilegiado para pasear en pleno centro turístico de la Costa del Sol, en otro tiempo fue un foco de intensos sucesos que segaron las vidas de multitud de infelices.
Se han descrito muchas situaciones insólitas en el interior de sus paredes, sombras que se desplazan por espacios imposibles, sensación de sentirse observado en zonas concretas, o débiles sonidos de choque de espadas y pasos de marcha en sitios desolados como el patio de armas, así como escuchar ocasionales voces que hablan en una extraña lengua.
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