Existía un palacio en los alrededores de Alechipe, el antiguo Lacipo Romano (Casares) que tenía una fuente que aún perdura. Las aguas de la fuente regaban el jardín de aquel palacio y no todos sabían de donde provenían.
Según la leyenda la fuente fue construida por un hombre enamorado de la princesa que vivía en el palacio y a la que pidió matrimonio. La princesa, a la que después se le conoció como la princesa de las flores, solo le pidió a su enamorado, que vivía al otro lado de la sierra, que como condición para casarse con ella, debía hacer que las aguas del Genal regaran su jardín. Ello suponía un gran reto para el enamorado, pero no se arredró. El joven se dispuso a buscar bajadas y terrenos propicios, pasando por el puerto de Ronda para lograr llevar aquellas aguas hasta el jardín de su amada.
Existen restos de una conducción muy antigua que nos hacen creer que aquella antigua leyenda pudo ser una historia verdadera.
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