jueves, 7 de febrero de 2019

Un monstruo en la Calle Alta (Málaga)

-Estaba yo -continuó Trinidad aún visiblemente sobresaltada- en el patio preparando la comida. Picaba los ingredientes de una ensalada. Me volví hacia un lebrillo cuando vi encima de éste un animal de casi un metro de alto, muy delgado, cubierto de pelos largos de color marrón, con una cabeza muy gorda y como de un niño de seis o siete años. Pero lo que más me horrorizó fue ver sus ojos saltones, inyectados en sangre, una boca muy grande que le cogía de oreja a oreja y con dos colmillos. (…) abrió la boca con intención de abalanzarse sobre mí, amenazándome para que no gritara. Pero yo no pude contenerme y como salí del patio hacia la calle observé también con un miedo terrible cómo el monstruo pasó a la casa contigua, trepó por una canal y saltando al tejado, desapareció de mi vista.

El alboroto que se organizó fue mayúsculo, ya que todos los vecinos acudieron a las llamadas de auxilio, entre ellos  José Santana, un mecánico, que no dudó en subirse al tejado para intentar capturar al monstruo.

La señora que vio ‘aquello’ sigue asegurando que lo vio. La última noche la ha pasado casi en vela; ha tenido fiebre y apenas si puede comer. Todavía no se ha tranquilizado, ni el susto, como vulgarmente se dice, le ha salido del cuerpo”….
Aquel suceso acabó formando parte de la leyenda popular de la ciudad.
Sobre aquel monstruo no se volvió a saber más, sin embargo, se piensa que pudo tratarse de un mono escapado de la zona de El Ejido (Ver datos relacionados con el artículo), en donde solían acampar muchos gitanos, y que acostumbraban a llevar de este tipo de animales.
Todavía sigue dando que hablar entre los amantes del misterio, y se pueden encontrar muchos sitios en internet en donde hablan del “espanto de Málaga”, algunos con mucha fantasía añadida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario