El alboroto que se organizó fue mayúsculo, ya que todos los vecinos acudieron a las llamadas de auxilio, entre ellos José Santana, un mecánico, que no dudó en subirse al tejado para intentar capturar al monstruo.
La señora que vio ‘aquello’ sigue asegurando que lo vio. La última noche la ha pasado casi en vela; ha tenido fiebre y apenas si puede comer. Todavía no se ha tranquilizado, ni el susto, como vulgarmente se dice, le ha salido del cuerpo”….
Aquel suceso acabó formando parte de la leyenda popular de la ciudad.
Sobre aquel monstruo no se volvió a saber más, sin embargo, se piensa que pudo tratarse de un mono escapado de la zona de El Ejido (Ver datos relacionados con el artículo), en donde solían acampar muchos gitanos, y que acostumbraban a llevar de este tipo de animales.
Todavía sigue dando que hablar entre los amantes del misterio, y se pueden encontrar muchos sitios en internet en donde hablan del “espanto de Málaga”, algunos con mucha fantasía añadida.
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