Hay leyendas en las que se cuenta que existen piedras cuya función es mostrar la existencia de una población cercana y, en este caso en cuestión, se dice que las hadas de los bosques tienen por costumbre elegir una piedra especial. Según se narra, estas piedras dan la bienvenida a aquellas almas nobles que se adentran en los bosques.
La leyenda en sí cuenta que un día un fotógrafo se sintió atraído por una imagen poco común, un pequeño sauce (especie poco común en la zona) junto a una piedra. Al fotografiar la escena apareció en la fotografía una criatura que juró no haber visto en el momento de tomar la foto. Por tanto, tras varios intentos fallidos de fotografiar esos hechos, decidió grabar unos símbolos como señal para su próxima visita, en la piedra. Sin embargo, tan pronto terminó, el clima cambió bruscamente y repentinamente la vegetación cercana comenzó a secarse. Se cuenta que el sauce dejó de crecer, se secó y la energía que daba vida al lugar, se esfumó sin saberse con exactitud la razón.
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