Dos hermanos, llamados Juan y Asunción estaban jugando, cuando de repente cruzó por en medio de ellos una hermosa paloma diferente a las demás. Los dos fueron tras ellas para poder atraparla, donde se paró encima donde estaba la virgen, cogida la paloma empezaron a besarla y acariciarla con tanta dulzura que se quedaron absortos, y cuando se dieron cuenta ya había desaparecido.
A la hora del medio día se fueron para su casa y le contaron lo ocurrido a sus padre, que no le creyeron, al día siguiente volvieron al mismo sitio sin acordarse de nada y le volvió a pasar lo mismo del día anterior, y volvieron a contarle lo sucedido a los padres por segunda vez y les dice que no volvieran más a ese sitio.
ellos fueron tras ella para cogerla, lograron su deseo, se paró bajo la torre donde estaba la reina celestial, ellos, cogida la paloma, la besaban y acariciaban y en aquella dulzura que tenían quedaron absortos, y cuando despertaron de aquel éxtasis, para ellos eran dormidos, se fue la paloma.
Al día siguiente no fueron, pero al otro los hermanos volvieron a ir al mismo sitio sin acordarse de lo ocurrido, allí estaban los dos cuando oyeron una voz ¡Juan, mírame! … al volver la cara los niños vieron a la paloma posada en una torre, en la cual se transformó en una señora con un niño en brazos, donde la paloma se posó en su pecho.
ellos fueron tras ella para cogerla, lograron su deseo, se paró bajo la torre donde estaba la reina celestial, ellos, cogida la paloma, la besaban y acariciaban y en aquella dulzura que tenían quedaron absortos, y cuando despertaron de aquel éxtasis, para ellos eran dormidos, se fue la paloma.
Al día siguiente no fueron, pero al otro los hermanos volvieron a ir al mismo sitio sin acordarse de lo ocurrido, allí estaban los dos cuando oyeron una voz ¡Juan, mírame! … al volver la cara los niños vieron a la paloma posada en una torre, en la cual se transformó en una señora con un niño en brazos, donde la paloma se posó en su pecho.
La señora le dijo que fueran ha avisar a las autoridades y al párroco para que la sacaran de allí donde llevaba más de quinientos años, y dicho esto desapareció la visión.
Los niños hicieron caso de lo que dijo la señora y fueron a contarle lo sucedido a los padres de nuevo, que en este caso les creyeron y fueron ha avisar a las autoridades y al párroco y se dirigieron todos con los niños rumbo al sitio donde había sucedido.
Los niños señalaron donde les había aparecido aquella señora, el padre de ambos se subió a la torre y encontraron a la Virgen de la Peña.
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