Se dice, se habla de una niña de unos ocho años con aspecto algo desaliñado y descalza que suele rondar los alrededores de la Iglesia, la casa del guarda o las embarcaciones de la playa con aire triste y melancólico.
A parte de la niña, entre las casas en ruinas se ve entrar o salir una figura masculina con sotana a quien no se la puede ver con tanto detenimiento y claridad como a la niña anteriormente nombrada, debido a la rapidez en darse la aparición de esta persona con sotana y sandalias color marrón que aparece y desaparece en un santiamén.
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