Cuenta
una leyenda que una bella mora estaba cuidando un rebaño de ovejas en las vegas
del río Alberche. Contemplando el gran remanso que formaba el río Alberche en
las tierras de Navaluenga se la hizo de noche sin darse cuenta. Había
transcurrido la tarde tejiendo y las ovejas a las que cuidaba empezaron a
inquietarse con la llegada de la noche. Sin saber de donde, los lobos empezaron
a bajar hasta a la orilla del río en busca de alimento.
La
joven, creyendo que aún estaba a tiempo de recoger el ganado sin de sufriera
daño alguno se refugió entre los árboles con la intención de ahuyentar a los
lobos. Viendo que cada vez eran más agresivas aquellas alimañas decidió
adentrarse en la montaña ocultándose en la maleza. Pensó que la mejor manera
para que pudieran encontrarla era dejar un hilo de la madeja enredado entre los
arbustos y árboles por donde fue pasando, hasta ocultarse en una cueva.
Nadie encontró a la doncella mora, lo único que hallaron fue un ovillo en el
interior de una cueva, que desde entonces se conoce con la cueva de Mora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario