Cuenta la leyenda que un pastor llamado Finardo,
natural de Calera, cuidando sus ganados en el entorno de su pueblo, vio como se
le aparecía la Virgen en dos lugares distintos del término de esa localidad.
Uno de ellos se encuentra en las inmediaciones de la Vía Verde de la Jara, y en
el lugar se ha construido una nueva ermita dedicada a la Virgen, aunque se ha
cambiado el nombre de Virgen de Chilla por el Virgen del Valle. En la anterior
capillita que existía en el lugar se puede ver una piedra con una curiosa
inscripción de difícil interpretación sobre la que es tradición tuvo
lugar la aparición. Los caleranos, cuenta la leyenda, que en principio no
hicieron caso al pastor, considerando que lo que contaba sólo eran fantasías,
pero cuando éste se encontraba con su rebaño en las inmediaciones de la
garganta de Chilla, tuvo lugar una nueva aparición en la que la Virgen curó una
de sus cabras, lo que en este caso sí fue creído por las gentes de Candeleda
porque María le estampó al pastor dos dedos en su rostro, y por ello erigieron
una ermita en el lugar.
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