En
Navamuñoz, se celebró una boda, la boda de alguien muy importante porque estaba
invitado todo el pueblo, puesto que acudió todo el mundo, todos menos tres
ancianas que declinaron la invitación por tener que cuidar su ganado.
Durante
la celebración del evento, todos los invitados comieron y bebieron, y al
parecer todos debieron beber del agua de la fuente del pueblo, la cual, según
contaban había sido envenenada por una salamanquesa durante la celebración de
la boda.
Este
hecho hizo que todos los habitantes del lugar fallecieran, todos menos
nuestras tres ancianas que al verse solas en el pueblo decidieron irse a vivir
a las poblaciones cercanas, acordando que la ermita y el Cristo de Navamuñoz
pasara a manos del pueblo en el que fallecieran la última de las tres.
Una
se marchó a Serranillos, otra se fue a vivir a Navalosa y la última a
Hoyocasero. Afortunados fueron estos últimos porque la anciana que fue a vivir
a Hoyocasero fue la última en fallecer y nos dejó en herencia al Cristo de los
Santos y una maravillosa fiesta que reviven año tras año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario