jueves, 23 de noviembre de 2017

El castillo templario de Dos Hermanas (Navahermosa, Toledo)

Los aldeanos veneraban una Virgen situada en la capilla de la fortaleza. Un día que vecinos y caballeros templarios estaban oyendo misa, acertó a entrar en la iglesia una cierva extraviada que entró por una puerta y salió por otra tan campante. Asombrados, todos los asistentes salieron corriendo detrás de ella, incluso el propio sacerdote que oficiaba la Misa.  

Este gesto tan poco cristiano sentó tan mal a la Virgen que condenó a los lugareños a vivir errantes durante tres generaciones.  Y para obligarles a abandonar el lugar, volvió las aguas insalubres y los aldeanos empezaron a morir, empezando por el sacerdote que dejó la misa a medio concluir.  Los supervivientes abandonaron el lugar avergonzados por su conducta y perseguidos por la maldición del Cielo, puesto que la cierva era una bruja transfigurada.  La leyenda afirma que el alma del mal sacerdote templario continua vagando por aquellos riscos esperando que algún otro termine la misa que dejó inacabada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario