Este madero quedó como recuerdo del
milagro que Nuestra Madre Santísima del Carmen hizo la víspera de su fiesta, 15
de julio de 1901, cuando hubo un fuego en el patio de la tercería.
Al caer un cohete en el
patio que estaba con mucha mies de cebada porque había que alimentar al burro
que teníamos para sacar agua de una noria que había. Se prendió fuego la mies y
las llamas eran tan altas que la gente vio salir fuego por encima de las tapias
y venían con cubos de agua a la puerta, junto al torno, para que las dejasen
pasar para apagar el fuego.
Las monjas estaban cantando
vísperas de la Virgen del Carmen a esa hora en el Coro. No oían que con
insistencias llamaba la gente en el torno para que le abrieran para apagar el
fuego.
Solamente una monja, que
estaba enferma en cama, se levantó al oír llamar con tanta insistencia en el
torno. Al ver por la ventana el fuego, pidió a la Santísima Virgen ayuda,
echando el Santo Escapulario al fuego.
Las llamas, al instante,
empezaron a bajar hasta desaparecer por completo el fuego. Enseguida fueron las
monjas y vieron el Milagro.
El Escapulario quedó como
si no le hubiera tocado las llamas, no fue necesario que la gente pasara a
apagar el fuego”
De esta manera se dejó
constancia en 1901 de este hecho excepcional en un documento que conservan las
Madres Carmelitas de Malagón,
la imagen les muestra este madero quemado en aquel incendio que formaba parte
de una de las puertas de La Gran Obra Teresiana y que es testigo tangible de
aquel hecho sobrenatural.
Por este motivo, en la
Festividad de la Virgen del Carmen nunca verán en Malagón lanzarse ningún cohete,
el último cohete que se lanzó fue en 1901
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