Una
versión dice que fallecido el rey Recesvinto, había que buscar un sucesor y la
leyenda decía que se le encontraría comiendo sobre una mesa de hierro.
Una comitiva de nobles y soldados salió en su busca y tras mucho recorrer
encontraron a un campesino llamado Wamba comiendo sobre su arado en un remoto
pueblo de la Serranía de Ronda (hoy Pujerra, Málaga). A pesar de la
insistencia de la comitiva, Wamba se resistió a ocupar tal puesto, alegando su
avanzada edad y su poca cultura.
Finalmente, dejó la cuestión a la voluntad divina, diciendo:
Finalmente, dejó la cuestión a la voluntad divina, diciendo:
"Cuando
este aguijado que tengo en la mano florezca seré yo Rey de España"
Acto
seguido, clavó la vara en la tierra que inmediatamente reverdeció
cubriéndose de verdes hojas y blancas flores. Aquello fue interpretado
como que Dios había elegido a aquel humilde hombre para reinar en España.
Por supuesto, ya no se pudo negar.
Otra
versión dice que era uno de los hijos de Recesvinto, que fue abandonado en
estas tierras para que aprendiera a ganarse la vida con el trabajo de sus
manos. Y que tras la muerte de su padre vinieron a buscarlo para coronarlo,
aunque él había olvidado sus orígenes.
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