Cuenta
esta peculiar leyenda que un lobo decidió un día no comer ningún animal y
confesó su hambre a un cura. Tras esto vio a una burra, a una yegua, a un
carnero, y a un potrillo que le engañaron de diversas formas para que el lobo
no se las comiera. Cuando se topó con una lechona con sus crías, le dijo que le
quitara una argolla del hocico, tras esto recibió un mordisco, un porrazo y el
lobo cayó por la ladera.
Tras
esta odisea fue encontrado por un hombre que lo acabó matando por un hachazo en
la cabeza. Una triste historia que deja muy claro lo que es ir contra
naturaleza y contra los instintos naturales.
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