La
historia legendaria de este sillón del diablo comienza en la
vieja Universidad de Valladolid. Un maravilloso edificio de fachada barroca que
albergaba en su sacristía un extraño sillón frailero con abrazaderas de hierro
y respaldo de cuero. La leyenda cuenta que este sillón fue de un médico
que vivió en la ciudad en el siglo XVI y se pensaba que practicaba ritos
extraños en su casa. Este médico fue juzgado por la desaparición de un niño que
había sido visto en su casa, y durante el juicio dijo que el sillón se lo había
regalado un nigromante navarro y que tenía poderes. De hecho, ninguna
persona que no fuese médico podía sentarse en él, si lo hacía a la tercera vez,
moriría. Y si el sillón era destruido, la persona que lo hiciera también
moriría.
La
Universidad se quedó con el sillón y otros bienes del médico condenado y la
leyenda cuenta que un bedel que sentó a descansar en el sillón fue encontrado
muerto tres días después.
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