viernes, 12 de enero de 2018

La Serrota (Navacepedilla de Corneja, Ávila)


Otra, que más que leyenda, es "un dicho" que siempre circula por Navacepedilla en relación con la dehesa de Serrota aprovechada en común con Villafranca y Casas del Puerto hasta 1.842, es que los de Villafranca se quedaron con la dehesa y a los de Navacepedilla les dejaron el Santo. Otros agregan además "y el cerdo", por aquello de San Martín de Matapuercos cuya fiesta es el 11 de noviembre, cuando se realizan las matanzas -aunque no se celebraba ese día por el frío que hacía- sino que se trasladó a Julio o Agosto para poderla celebrar en Serrota.
Es cierto, como ya se ha dicho, al hablar de la Cofradía de San Martín, que en Serrota había una ermita, dedicada a San Martín y que el Santo se lo solían traer a Navacepedilla por San Miguel -era la población más próxima- . Sin entrar en la veracidad o no de la leyenda, lo que si es cierto es que la dehesa se la llevó Villafranca, en el reparto que hicieron los tres pueblos del terreno común y que ambos pueblos pleitearon por ello. La ermita de San Martín de Serrota desapareció y el Santo no se menciona en el inventario que los tres pueblos hicieron de los bienes de la Cofradía del Sr. San Martín de Serrota el 14 de junio de 1.583, y que se encuentra en la Iglesia Parroquial de Navacepedilla
.
La Serrota permanece unida a los pastos comunes de los tres pueblos hasta mediados del siglo diecinueve, cuando se hace el reparto de terrenos comunes, y es evidente, porque en el año 1.743, fecha en que Navacepedilla detiene a las cabras de Joseph Martín, vecino de Villatoro, en Serrota, y las encierra en el Corral de Concejo, imponiéndole la multa por rescatarlas, es porque posee el dominio sobre los pastos, con iguales atribuciones que el Ayuntamiento de Villafranca, según sentencia el Marqués de las Navas en el año 1.743. No se entiende, por tanto, la leyenda. Parece lo más lógico que sea un comentario jocoso que circuló muy tarde por Navacepedilla solamente, porque en Villafranca circula otra versión, según cuenta Honorio M. Velasco en la obra citad

 

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