Cuenta la leyenda que unos pastores que solían pasar
con sus ganados por la cañada de San Marcos, se resguardaron en el Cerro de
Almodóvar (Hoy Cerro de los Angeles) durante una noche de tormenta. Al caer un
rayo junto a los restos de una ermita que allí existía, vieron cómo, una vez se
apagaba el ruido del trueno, la luz no se desvanecía. Al principio creyeron que
el resplandor provenía de un incendio; y al acercarse, vieron que se trataba de
la imagen de una Virgen de pequeño tamaño. Como los pastores debían continuar su camino,
entregaron la efigie a unos zagales, que se la llevaron a Pinto. Cuando fueron
a contar la historia al cura de la localidad, comprobaron con asombro que la
imagen había desaparecido. Estos mismos chicos, a los pocos días, estaban
jugando a los pies de la ermita del Cerro, cuando encontraron de nuevo a La
Virgen. La bajaron a Getafe, a uno de los altares de la Iglesia. Pero, una vez
más, la efigie volvió a desaparecer. El cura llegó a pensar que La Virgen
quería instalarse en el Cerro. Ante estos sucesos extraordinarios el
pueblo construyó una ermita a la que llamaron como a la imagen, Ntra. Sra. de
los Ángeles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario