Supongo
que todos conocéis esta expresión, que generalmente se emplea como símbolo de
duda en la elección entre dos opciónes. También se utiliza cuando uno no
está muy bien de salud o cuando uno está borracho, pero no demasiado. Y son
bastantes las leyendas que corren por ahí sobre el origen de esta frase.
Dependiendo de si se es de Pinto o de Valdemoro, la leyenda cambia un tanto por
la "rivalidad" entre ambos pueblos, pero en esencia, son iguales. Y
vamos con ellas:
1.
Se cuenta que había un arroyo entre ambas localidades madrileñas, y que un
borracho se dedicaba a saltar de una orilla a otra, gritando "¡Ahora estoy
en Pinto!", "¡Ahora estoy en Valdemoro!", hasta que en una
ocasión cayó en el arroyo y gritó: "¡Ahora estoy entre Pinto y
Valdemoro!". Poco fiable esta leyenda porque, que se sepa, jamás ha habido
un arroyo o riachuelo entre ambos pueblos.
2.
Cuentan que un rey debía descansar antes de llegar a Madrid en uno de los dos
pueblos, pero para no agraviar a ninguno de los dos, ordenó que se montara un
campamento entre los dos pueblos, para que pudieran agasajarle ambos. Es
evidente que cada uno quería que el rey probara lo mejor de sus vinos, y cuando
estaba bastante achispado y uno de sus ayudantes le preguntó cómo se
encontraba, el rey contestó: "¡Entre Pinto y Valdemoro!". Divertido
origen para el significado que tiene que ver con la ebriedad.
3.
También relacionado con la realeza, se dice que había una casa de mala
reputación entre ambos pueblos, que un rey de los Austria frecuentaba con asiduidad.
Cuando alguien preguntaba por el rey, y para no decir que estaba de putas, se
decía que estaba "entre Pinto y Valdemoro". Aquí si que es cierto que
ha habido siempre una casa de mala repotación entre Pinto y Valdemoro.
4.
Otra controversia habla de los vinos de Pinto y Valdemoro, y en esta opción, lo
que dice la leyenda es que en tiempos de los Austria -igual que en la
anterior-, los vinos de un pueblo eran muy buenos y los del otro muy malos,
siendo los primeros los que se consumían en la Corte. Cuando un vino no era ni
bueno ni malo, se decía que estaba "entre Pinto y Valdemoro". La
realidad es que es muy difícil que de dos pueblos que están al lado y cuyo
suelo es similar, se obtengan unos vinos buenísimos y otros malísimos. Los
vinos de esta zona, por lo que he podido averiguar, no eran malos del todo,
pero dudo que en la Corte de los Austria se sirvieran los vinos de ninguno de
los dos pueblos. Volvemos a la rivalidad.
5.
La versión histórica, la más probable para la expresión, es la siguiente:
Durante el siglo XII abundaban los enfrentamientos entre los nobles por la
propiedad de comarcas vecinas e incluso lejanas. El que nos interesa aquí es el
que mantuvieron el Obispo de Palencia y las ciudades de Segovia y Ávila con
Madrid, por incluir en sus respectivas demarcaciones las tierras de Pinto y
Valdemoro. Hasta tal punto llegaron las cosas que el mismísimo rey Alfonso VII,
el 7 de febrero de 1184, tuvo que tomar cartas en el asunto, asistiendo
personalmente a la colocación de mojones en las lindes entre Pinto y Valdemoro.
Sin embargo los enfrentamientos entre Madrid y Segovia no terminaron. Años mas
tarde, el 20 de julio de 1259, y siendo ya rey Fernando III el Santo, debe
tomar la decisión con carácter irrevocable de asignar Pinto a Madrid y Valdemoro
a Segovia. Fue entonces, y en su presencia, cuando se colocaron 42 nuevos
hitos, algunos visibles hoy en día. Es probable que el rey pasara varios días
en la Casa de Postas que existía en la línea divisoria, mientras se colocaban
los hitos. Y seguramente aprovecharía para degustar los buenos quesos,
embutidos y vinos que por aquel entonces hacían famosa a la comarca, amén de
pasar buenos ratos con las gentes del lugar. Por eso cuando en la Corte alguien
preguntaba "¿Dónde está el rey?", los cortesanos en tono bromista
contestaban con la famosa frase: "¡Entre Pinto y Valdemoro!"
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