Algunos
documentos atestiguan que el pueblo fue famoso por unas aguas que curaban todas
las enfermedades. Un agua de un sabor no muy agradable pero que fueron
explotadas desde el S. XVII hasta el siglo pasado.
Aquellas
aguas medicinales brotaban del manantial de la Fuente del Toro. Se la conoce
con ese nombre porque parece que hace mucho tiempo un toro, enfermo de un
tumor, abandonaba la manada para beber instintivamente de un manantial situado
a un kilómetro de El Molar. El animal mejoró ante la extrañeza del pastor.
La
fama de estas aguas se extendió a la corte y fueron probadas por personajes tan
ilustres como Francisco de Goya, Manuel Godoy, la Duquesa de Alba, el Conde de
Romanones o la infanta Isabel.
Tanta
fue su popularidad y excelentes referencias, que en 1846 se levantó
un balneario que contaba con baños de chorros y pilas para los baños
generales. Pero un incendio y unas filtraciones en una conducción del Canal de
Isabel II forzaron el cierre de la empresa a mediados de S. XX.
Ahora,
el colectivo comarcal Sierra del Jarama ha retomado el agua como argumento para
hermanar a los pueblos fronterizos con el río y han levantado fuentes de
granito que podemos ver al inicio de la carretera de El Vellón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario