jueves, 21 de diciembre de 2017

Fuente del Toro (El Molar, Madrid)

Algunos documentos atestiguan que el pueblo fue famoso por unas aguas que curaban todas las enfermedades. Un agua de un sabor no muy agradable pero que fueron explotadas desde el S. XVII hasta el siglo pasado.
Aquellas aguas medicinales brotaban del manantial de la Fuente del Toro. Se la conoce con ese nombre porque parece que hace mucho tiempo un toro, enfermo de un tumor, abandonaba la manada para beber instintivamente de un manantial situado a un kilómetro de El Molar. El animal mejoró ante la extrañeza del pastor.
La fama de estas aguas se extendió a la corte y fueron probadas por personajes tan ilustres como Francisco de Goya, Manuel Godoy, la Duquesa de Alba, el Conde de Romanones o la infanta Isabel.
Tanta fue su popularidad y excelentes referencias, que en 1846 se levantó un balneario que contaba con baños de chorros y pilas para los baños generales. Pero un incendio y unas filtraciones en una conducción del Canal de Isabel II forzaron el cierre de la empresa a mediados de S. XX.

Ahora, el colectivo comarcal Sierra del Jarama ha retomado el agua como argumento para hermanar a los pueblos fronterizos con el río y han levantado fuentes de granito que podemos ver al inicio de la carretera de El Vellón.

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