lunes, 11 de diciembre de 2017

El caso de la hija del doctor Velasco (Madrid)

Sin duda, una de las historias más macabras y fascinantes de Madrid. El doctor Pedro González Velasco fue un personaje clave en la historia médica de este país creando la Sociedad Anatómica y el Museo Antropológico en su propia residencia, que aún sigue allí en frente de la estación de Atocha. Sin embargo, es conocido por una leyenda trágica que marcó su vida. Tras escapar de una vida de pobreza y convertirse en referencia médica en toda España y Europa, se estableció en un palacio en la esquina de la actual calle Alfonso XII, en el que vivía junto a su mujer e hija. Concha tenía 12 años y era una niña alegre pero enfermiza, sus fiebres tifoideas llevaban varios años afectando su quebradiza salud. El doctor Benavente, amigo de Velasco y padre de Jacinto, el genial escritor, le recomendó a Velasco un tratamiento conservador de la enfermedad. No obstante, Velasco no le hizo mucho caso y le suministró una especia de laxante para purgar la fiebre, lo cual provocó una hemorragia interna irreversible que cegó la vida de Conchita. El suceso dejó fuera de sí al prestigioso médico. Se culpaba de la muerte de su hija de tal manera que disecó el cuerpo de la chica. La enterraron en el cementerio de San Isidro.

El doctor se obsesionó con su hija, se rodeó de objetos suyos, tocaba al piano sus canciones favoritas e inundaba sus estancias de imágenes y pinturas. Tal obsesión llegó al paroxismo cuando años después la desenterró. Los testigos hablan de un hombre estupefacto cuando vio su obra de embalsamamiento perfecta. Se abrazó a ella y comentaba el buen trabajo realizado celebrando la conservación de la flexibilidad de sus piernas para poder sentarla a la mesa. causa de espanto para su mujer. Envió al domicilio a un sastre y a una estilista para terminar de darle apariencia de vida. Muchos comentaban que salía a pasear por el Retiro en coche de caballos acompañado de su hija ataviada con el vestido de novia que encargó para ella. Las malas lenguas comentaban que les acompañaba el prometido de la niña, el también doctor Teodoro Muñoz Sedeño. La leyenda y su actividad política le provocaron la ruina, su sociedad anatómica fue clausurada y la pérdida masiva de clientes le dejaron en quiebra. Su mujer le convenció entonces de enterrar a la cría, algo que finalmente hizo. El doctor muere en 1882 y es enterrado junto a su mujer e hija en el cementerio de San Isidro. La leyenda del doctor Velasco perdurará por las calles de Madrid. Conchita sigue paseando con su vestido de novia por el Retiro en las mentes de todos los que escucharon su triste relato algún día.

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