El metro Tirso de Molina (Madrid)

La historia o leyenda es la siguiente: Nos ponemos en situación: Una joven, ya bien entrada la madrugada, está esperando en la estación de Tirso de Molina, el último metro para regresar a su domicilio. El convoy llega, la chica se sube a su interior y ve cómo, dentro del vagón en el que ella se encuentra, sólo hay tres personas: una mujer y dos hombres.

Una vez está dentro, el metro se pone en marcha y la joven nota, con cierto desasosiego, que la mujer sentada delante de ella, no le quita ojo de encima. Es más, ni parpadeaba.

Esta extraña actitud de la mujer genera en la chica cierta inquietud, la verdad, pero pese a ello, decide quedarse en su asiento en lugar de cambiar de lugar.

El metro sigue su camino, parando en las estaciones hasta que en una de ellas, un hombre se sube al vagón donde se encuentra esta chica y se sienta a su lado.

Este hombre, también se da cuenta de que la mujer que está sentada enfrente no deja de mirar fijamente a la joven. Así que, agacha la cabeza, se acerca a la chica y le susurra discretamente las siguientes palabras: «No te muevas, no hables, no le mires a la cara y bájate conmigo en la siguiente parada».

La joven, que si ya estaba incómoda por la inquietante y fija mirada de esa extraña mujer desde hacía rato, ni qué decir tiene que, al oír semejantes palabras,  aterrada, hizo caso a ese hombre desconocido que parecía avisarle de algo, y se bajó con él en la siguiente estación.

Una vez en el andén, el metro siguió su camino y el hombre, que había hecho que la joven se apeara del metro y perdiera su última posibilidad de llegar a casa en ese transporte y siendo ya tarde, se explicó sobre lo que acaba de pasar.

Todavía con la respiración entrecortada, el hombre le dijo lo siguiente:. «Siento haberte asustado, soy medium y la mujer que teníamos enfrente y que no dejaba de mirarte,  estaba muerta y los dos hombres que la acompañaban, la sostenían».

Hay que reconocer que, tenga el origen que tenga, esta historia pone los pelos un pelín de punta al escucharla.

Como esta historia, existen relatos  o leyendas similares que aseguran haber visto fantasmas deambulando por la estación o en los propios vagones de Tirso de Molina.